Los Arcontes

Seleccionados entre las familias más poderosas del Imperio por los Mudrik cumplen un papel fundamental en la sostenibilidad de este.

Son los encargados de administrar justicia en sus territorios, velar por que se cumpla los Edictos de Seren y los intereses del dominado y del consejo, haciéndoles partícipe en muchas ocasiones de intrigas y complots. Son también los responsables de asegurar la integridad de sus fronteras por lo que disponen bajo su mando directo de una o más legiones.

Nobles de exquisita cuna y educación, consideran en ocasiones los puestos fronterizos que se les encomienda un tanto aburridos y carentes de estilo.

El título no es vitalicio ni hereditario por lo que es común que una ciudad cambie de Arconte cuando este no cumple su función o no se cumple tan rápido como se desearía. En tales casos se les llama a "consultas" a la capital de la que rara vez vuelve a salir.

Generalmente el movimiento y nombramiento de estos suele ser información reservada (especialmente para los Aquilas) y los funcionarios o las tropas tan solo se percatan del cambio cuando el nuevo arconte ya se encuentra en la ciudadela.

Otra faceta especialmente conocida por los Aquilas es su responsabilidad a la hora de recabar impuestos (en especies) y distribuirla hacia la capital. Es tal la severidad con la que llevan este aspecto, que más de una familia al completo ha sido empalada por tratar de ahorrarse un kilo de trigo. Pero hay que ser justos al señalar que estos personajes rara vez se hacen sentir, prefiriendo no inmiscuirse demasiado en la vida de las comunidades humanas.